martes, 12 de marzo de 2013

Sabang


Martes, 12/03/2013

Llegamos a Sabang tras hacer un transbordo en Fundacion del autobús a una minivan bien regateada por una servidora.

Me senté en un chiringuito al lado del mar mientras Dani y Bruno se pateaban la playa de un extremo al otro hasta dar con un lugar adecuado para los tres. Encontraron una preciosa chocita con hamaca en mitad de un divino jardín.


Fuimos a comer algo pues estábamos hambrientos, pero de camino vimos a un grupo de niños que al igual que en el Nido preparaban una función de fin de año escolar. Divertida me senté a mirar a una niña preciosa como bailaba al estilo brasileño.


Tras la cena, fuimos a nuestra chocita y charlando se nos pasó el tiempo rapidísimo.

El lunes Dani y Bruno se fueron a hacer las gestiones pertinentes para visitar el Underground River al día siguiente y yo me quedé tranquilamente escuchando música en mi hamaca.


Andando por la playa nos encontramos con los cat bears unos bichillos encantadores bastante divertidos y mimosos.

Fuimos al otro extremo de la playa y allí conocimos a unos guardias de seguridad que custodiaban la tierra para un futuro resort chino. Nos regalaron unos cocos recién tirados del árbol y tras beber y comer me fui a andar por la playa con el más guapetón de todos ellos.


De vuelta con Dani y Bruno empezó a tronar, así pues decidimos recoger el campamento y justo cuando elegimos un resort con wifi para comer empezó a llover a cantaros. Me quité la ropa y sin más me fui a bañar en la piscina, mientras llovía. Al salir seguía lloviendo, me fui a la ducha de la piscina para deshacerme del cloro y al descubrir champú y gel. Me acabé duchando entre agua corriente y agua de lluvia en un maravilloso jardín al lado del mar. De vuelta a la mesa la comida estaba servida y tras ello me conecté un ratito a internet.

Al volver al bungallow, pasé por la tienda a comprar unas cerves para Bruno y para mí, nos las tomamos entre risas y escuchando nuestros grupos favoritos.

El martes fui con Dani al Underground River, pues Bruno no se sentía en forma. La visita al río fue sin más, me dieron la luz para iluminar y me empecé a estresar con apunta más arriba, abajo, derecha, izquierda, para ver unas ricas sin ninguna forma que debían de parecer calabacines, zanahorias y cosas por el estilo. Lo que sí me gustó fue contemplar la cantidad enorme de murciélagos de la zona.

De vuelta en la choza, hice la maleta y tras comer, Bruno y yo nos despedimos de Dani y partimos dirección Puerto Princesa.

SUNKINDARKNESS